MARCAS COMO SEÑA DE IDENTIDAD

Soy de esa generación que vivió la adolescencia en plena transición, punto traumático número uno(a detallar en otro artículo)y que aprendió a identificar al resto de la humanidad según las marcas(punto traumático número dos si tenías un padre como el mio).
Mi primer deseo de marca fue a los doce años, ni que decir tiene que mi madre no entendió para que podía yo NECESITAR unas "adidas futbito"negras si no jugaba al fútbol.
En la segunda tentativa tuve más éxito, aprovechando mi cumpleaños(entonces solo te regalaban en reyes, cumple y santo)pedí algo "Levi's" y cual no sería mi sorpresa cuando me despertaron con una sudadera roja con el anagrama sobre el pecho izquierdo; pero la verdadera sorpresa fue al llegar al cole y ver el despelote de mis AMIGAS al leer el anagrama detenidamente:"elvi's".
Nunca le perdoné a mi madre esa economía de mercadillo.Y eso que seguro se había peleado con mi padre para conseguir comprármelo.Él, cuya generación solo llevaba de marca el reloj, el coche y el "loden", jamás entendió mi apego a ir identificada sin cobrar por llevar un logo.
Luego vinieron las "paredes" con calcetín de perlé, ojo al dato, los "Lois"(que hoy serían denominación de origen), los esquís "rossignol" y bici "BH" que mi padre nunca entendió que hubiera que comprar para ejercer ambos deportes(en mi casa ya entonces se hablaba de crisis).
¿Mi revancha?Lo llevo toooooodo de marca, pero que no se vea, si es "Zara"dejo la etiqueta, si es "Burberry's" la quito, me gasto en ropa interior lo que no está en los escritos.
Si llevas complementos carísimos pero sin logo y te calzas bajo el brazo "EL PAÍS" y "LA RAZÓN" a la vez, juegas al despiste y esa es mi terapia.