Dicho esto, yo, como buena madre, intento no pasarle mis fobias a mi churumbel.Así que cuando una amiga nos invitó unas navidades al famoso circo Americano que se pone en la plaza de las Ventas no me negué.Mi hija flipó, a mi no me gustó y al salir me moría de vergüenza porque estaban los defensores de los animales y me hubiera unido a ellos si no fuera por lo incoherente del tema.
Así que decidí no llevarla nunca más a uno en que salieran animales.La siguiente vez montaron una carpa en el pueblo de al lado del que vivo y como no se veían jaulas volví a intentarlo, el número que más le gustó, el único que había con perros adiestrados.
El circo del sol me da más "yu-yu" si cabe porque pensar en como adiestran a los niños me quita el sueño.Pero vinieron a la ciudad con un especial de "Michael Jackson" y supuse que las niñas chinas no pintarían nada, casi acierto pero las canciones escogidas(supongo que por tema "royalties") no fueron de mi agrado pero mi hija estuvo pasmada toda la sesión y salió de allí siendo "fan" de Michael Jackson.
Así que dije nunca "mais", tres es un buen número a la hora de dar oportunidades, así que ya había cumplido.
Hasta que un anuncio del circo Cric me hizo dudar, miré la página web una y mil veces, los distintos programas de todos los días y todas las sesiones.No había niños, ni animales(ni grandes ni chicos), a excepción de las famosas pulgas.
Y por fin lo encontré, es el circo en esencia.En medio del Montseny(paraje natural cercano a Barcelona), de hecho hay excursiones de una hora programadas para ver el monte.
Y su "alma mater" es Tortell Poltrona, payaso que ha ganado todos los premios relativos al circo habidos y por haber.
Vale, se me ha olvidado mencionar a Charlie Rivel. ese ser admiradísimo por mi padre si me gustaba, era distinto a cualquier otro payaso y la obra de teatro que interpretó Ferran Rañé en su honor es de lo mejor que he visto en mi vida.("Uhhhhhhh" se titulaba).
Y Tortell Poltrona me lo recordó.Le gusta su trabajo y a sus sesenta años(aunque aparente más) se le sigue notando.
Es un circo para echar el día, desde las once hasta las ocho de la tarde.Son varias carpas que se alternan para mover a los visitantes, hay talleres para los más pequeños, tienen una cantina curiosa pero que deja mucho que desear, pero os podéis llevar la comida.Y cuesta unos quince euros, si los comparas con los 80 del circo del sol no hay color.
Mi hija se lo pasó como una enana, y pese a estar molida no quiso irse hasta que no acabó TODO.
Así que si alguna vez pasáis cerca, entre mayo y julio, no dejéis de visitarlo, vale la pena.Eso sí, es en catalán, pero al circo nunca se ha ido a escuchar.