Una etapa que muchas mujeres dicen haber olvidado, sobre todo cuando son sus hijas las que la están pasando.
Yo me acuerdo perfectamente y como he sido madre tardía espero que para cuando mi hija llegue no me haga sufrir lo que yo hice sufrir a mi madre.Mi madre solo me desea que me las haga pasar la mitad de mal que yo a ella, mi madre siempre ha sido muy generosa.
Fue una adolescencia de manual, quizás algo precoz, pero con toooodos los síntomas.
Lloraba sin motivo, me sentía un patito feo, era la incomprendida en casa y mis amigas eran lo más frente a mi familia.
Pues bien, con mis mejores amigas desde los doce hasta los catorce he vuelto a coincidir hace una semana.Se hizo una reunión del cole el año pasado y prometimos seguir en contacto, es lo que tiene el libro de las caras, que si luego te escaqueas es muy obvio.
Yo hubiera dado la vida por ellas, literalmente, hace la friolera de treinta años y pese a no tener ahora nada en común, el solo recuerdo de aquella época es un vínculo muy fuerte, y raro, muy raro.
Estaba A que era la mayor, repetidora, más desarrollada y según los adultos era la mala influencia.Pues resulta que tras aquellos tres años tuvo un novio que se quedó ciego, entró en una depresión que le llevó hasta los veinte virgen y trabajadora.Tras otro novio que murió y dos escarceos se volcó en la empresa familiar, es millonaria y felizmente casada con dos hijos adolescentes.
Estaba B, hermana de A, veinte meses más pequeña, fuimos las últimas de la clase en desarrollarnos.
¿Que qué importancia tiene ese detalle?.Ahora ninguno, pero con trece años.....Eramos las más flacas, nos movíamos con chicos cuatro años mayores, sin tetas no eramos nadie.A mí me llamaban"castellón la plana"(a mi,¿os lo podeis imaginar?.En la reunión escolar llegaron a preguntarme si me las había operado).Cuando sabíamos que se iba a jugar a "strep-poker"aparecíamos con dos pares de calcetines, camiseta, camisa, rebequita, etc.Si llego a saber entonces que los mayores hacían trampas para que se desnudaran las que tenían algo que enseñar, me hubiera ahorrado la sudada.
Estaba C que entonces era mi "líder", siempre tenía dinero en efectivo, sus padres sustituían así la falta de atención que le dedicaban, ella y yo llevábamos juntas desde los ocho(en mi noveno cumpleaños R. me dejó por ella que en su ligero sobrepeso ya apuntaba pezones).
Y la última, de las que acudimos a la comida, es D, es mi amiga-hermana, aunque entonces no era para nada mi mejor amiga, pero sin duda, es la mejor persona del grupo.Me acuerdo perfectamente de la pinta con la que entró su primer día de clase:falda tableada blanca y jersey marinerito.Por Dios, si eran los setenta...
Pues lo que observamos es que ninguna tiene la vida, ni remotamente, que las demás intentamos adivinar.
La lanzada, descarada es la aparentemente más tradicional.
La líder adinerada tiene ahora una invalidez psiquiatrica total y está arruinada.
La ingenua feliz, de ingenua nada, es la más fría, tiene cuatro hijos y se va a marchar al extranjero a salir de la crisis.Se operó las tetas.
La buena persona no ha sufrido grandes altibajos, sigue siendo la más formal.
Y yo que quería casarme y tener seis hijos soy el paradigma de mujer independiente por haber tenido una hija sola.
Pero todas somos lo que somos por los traumas, carencias e incertidumbres que sufrímos en nuestra adolescencia.A día de hoy, una no se atrevió a decir a qué edad perdió la virginidad, la otra no reconoció con quién, la tercera se sonrojó cuando recordamos que tuvimos que salir corriendo del estreno de "Tiburón" porque le había venido la regla y yo que siempre me había tenido por la mojigata del grupo resulta qe soy la más abierta con diferencia.Cosas de la vida.
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Yo he cambiado mucho desde mi adolescencia y para mejor.......menos mal! era AÚN más insegura (lo único bueno de esa época es el cuerpo que se tiene).
ResponderEliminarDe todas las épocas de mi vida, creo que a la adolescencia no volvería jamás....
Hola Anna! Tengo un amigo de la adolescencia que sigue llevando camisetas de Leño y bebiendo cerveza. Sus cambios más significativos residen en su pérdida de pelo y aumento de barriga (cervecera, lógicamente, entre otras cuestiones). Aunque no se puede generalizar la neuropsiquiatra Louann Brizendine, en su libro El Cerebro Femenino, indica que las mujeres son más variables (pone el ejemplo del clima) y los hombres cambiamos menos (lo compara con el movimiento lento de la Tectónica de Placas). Mi amigo es un claro ejemplo...también influirá que es matemático y da clase en la Universidad. Un beso
ResponderEliminarRober se me ha adelantado con su comentario acerca de la diferencia de sexos. Yo también estoy convencido de que la adolescencia marca a los hombres más que a las mujeres. Yo mismo viví una adolescencia bastante agitada (como creo que ya sabes) y me ha durado en cierta medida hasta bien entrado en los 30. De hecho sé con certeza que cierta manera de ser ya no la podré cambiar (ni quiero) y que aquella rebeldía, aunque quizás algo aguada, seguirá corriendo por mis venas hasta el día en que muera.
ResponderEliminarEso sí, he dejado de fumar, ¿y tú?
A lo mejor solo es que nosotras maduramos y ellos no, pero tampoco sabría decir si los cambios han sido a mejor...
ResponderEliminarQue la adolescencia es conflictiva es cierto, pero de ahí a lo de tus amigas.... ya erais muy raritas de niñas, de adolescentes erais de circo ( con cariño, pero de circo) y de mayores... en fín.
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