REACCIÓN

¿Cómo reaccionaría yo a determinada situación?
Uno, generalmente sabe si es valiente o no, el que no lo es suele autodenominarse prudente.

Yo tengo una amiga prudente, de hecho creo que prudentísima.Pues lleva un mes dándole vueltas a lo mal que está el mundo porque en la autopista coincidió con la banda que en coches de alta gama, te hace creer que le pasa algo al tuyo y al pasar el peaje mientras paran para aparentemente echarte un cable, te roban.Trabajan más al "guiri" que el nacional es más desconfiado.

Pues ella, y esto es lo que la tiene asombrada a ella misma mismamente, les plantó cara.Esta amiga mía es de las que no se sacó el carné hasta liberarse de su nomisma separándose del padre de su hijo, y ya había cumplido los treinta.

Intentó interceptarles con su utilitario mientras su madre, un poco pasmada ante tanto empuje, intentaba dar aviso a alguna autoridad competente, entre bandazo y bandazo, sentada en el asiento del copiloto.El resto de usuarios de la autopista que se dieron cuenta de la jugada se apartaron amablemente para no salir perjudicados.Los perdió, los volvió a localizar kilómetros más adelante e incluso pudo dar parte de la matrícula.Seguro que el coche era robado pero ahora mi amiga ha pasado a formar parte del elenco de superheroes de mi hija.

Yo me considero valiente, no tengo abuela ya lo sé, pero es como lo siento.No recuerdo ninguna situación límite que lo pueda demostrar pero sí una graciosa.

Hace veintitantos años(puajjjj, como suena).Vacaciones en Canarias con una amiga(hermana de la anterior).
Volvemos a las tantas al hotel y cuando salgo a tender la ropa de playa a la terraza veo a un tipo "agazapao" en nuestra terraza mirando por la esquinita de la ventana.Entro en la habitación, grito:-Hay un tío en la terraza y echo a correr, cruzo la habitación, salgo al pasillo y al llegar al ascensor paro de correr y empiezo a dar al botón del ascensor en modo histérica, pienso en si bajar por las escaleras(pero esto no es un incendio que justifique semejante derroche de energía)y entonces me percato que mi amiga no me ha seguido.
Vuelvo corriendo a la habitación y me la encuentro en un rincón del salón, con una cara que es un poema y un tío en pijama de rayas manga larga arrodillado pidiendo disculpas.
Sigo en modo histérica y le digo que haga el favor de no acercarse ni un milímetro más a mi amiga o o o, o no sé que le dije.Total al final él acabó convenciendo a mi amiga de que me mandara callar y se volvió por donde había venido.
Mi amiga me convenció para no poner una denuncia y el conserje no nos hizo ni puto caso.
Al rato, nos metemos en la cama y llaman a la puerta.Mi amiga se levanta para abrir.Yo le digo:-Inconsciente, seguro que es el psicópata de la terraza.
A lo que ella me contesta:-Pero si es una voz de mujer.
Y ahí yo tengo una iluminación divina y le digo muy seria:-¿Y si es ventrílocuo?

Pues era la mujer del susodicho, que venía a disculparse por el insomnio del marido, que había pasado a nuestra terraza dormido y fíjate tú.......
A la mañana siguiente a las ocho habían abandonado el hotel con su hija de siete añitos.

Como han pasado tantos años, ruego a mi amiga, que me corrija si no fue exactamente así.

NOTA:No escribo desde la playa, donde se supone debería estar con la niña de mis ojos, no, escribo desde un puto hotel de aeropuerto en Lieja.Sí, sí, muy buenos los chocolates belgas, pero se da la circunstancia de que a mi no me gusta el chocolate.