miércoles, 21 de octubre de 2020

VERANO DEL SETENTA Y CINCO O TUBERCULOSIS CAPÍTULO 1.

 Creo que fue ese año en el que me diagnosticaron tuberculosis y mis padres además de pincharme a diario durante un año, decidieron que fueramos los tres meses de verano a Riaza, provincia de Segovia.

Alquilamos una casa, entonces Riaza no era el pueblo turístico que es ahora y el turismo rural no existía ni como concepto.A nosotras nos pareció la bomba y creo que aquellas fueron, con diferencia, las vacaciones de nuestra vida.Fueron tres meses enteros en una casa (no en un piso), mi padre iba y venía los fines de semana con su "127"(por otro lado era muy corrriente que entonces y con aquellos coches el personal hiciera 1400 km. por pasar los fines de semana con su familia, también los novios lo hacían y ni siquiera tenían asegurado el polvo, estoy pensando que eso da para otra entrada).

En Barcelona nosotras vivíamos en un pueblo pero no era ni parecido.En Riaza nos hicimos amigos de toda la chiquillería de entre ocho y doce años, bajábamos a bañarnos al río sin mayores, íbamos de excursión en bici solos y al atardecer aprendímos a dar vueltas a la lechera sin derramar ni gota de la leche recién ordeñada que nos vendía Luci.
El tamaño de las arañas del establo donde vivían las cuatro vacas no se me olvidará jamás, ni el sabor de las peras del mercadillo que montaban una vez a la semana en la plaza de toros que era como la de Chinchón, plaza mayor  abierta a diario y cerrada en festejos .
Desayunábamos el pan con la nata de la leche hervida con azúcar.
Subíamos a asar chuletas a la Pinilla los fines de semana que además de mi padre venían mis primos.
Y nos dejaron una noche solas porque los mayores se fueron a ver "El Padrino".
También íbamos a una piscina natural en Cerezo de abajo(¿o era de arriba?) donde no veíamos el fondo porque la piedra era negra.

Mis recuerdos y los de mi hermana ,dos años más pequeña, difieren en mucho.Lo cual con el tiempo  me ha llevado a plantearme muchos otros recuerdos de mi infancia pero hay dos de ese verano que ella no olvida.
El día que la dejamos, vestida de rojo, en medio de un rebaño de vacas.Y el día en que se clavó el manillar de la bici entero en la ingle.
Yo recuerdo que como el médico no estaba porque se había ido de pesca hubo que ir a buscar al veterinario, y que éste andaba medio piripi y hubo que esperar a que se le pasara para que la cosiera. 
Ella recuerda que yo le dije que hiciera el favor de no dramatizar y se levantara del suelo y enderezara la bici.Minucias.

En resumen, habíamos tenido el mejor verano que pudiéramos desear porque Riaza era el lugar más "ad hoc" de la península para mis pulmones pero nadie pronunciaba la palabra tuberculosis porque era tabú.Es más, mis padres por no hablar de ello, tampoco me comentaron que no debía fumar ni hacer esfuerzo físico que requiriera de cierta capacidad pulmonar,Así que al año siguiente empecé a fumar tabaco negro y me apunté a carreras de "cross" (el correr lo dejé después de acabar una carrera devolviendo hasta la primera papilla, y el tabaco treinta años más tarde al quedarme embarazada).Y hasta aquí la primera parte.

miércoles, 14 de octubre de 2020

LIBROS LEÍDOS EN EL EXTRAÑO VERANO DEL 2020

Martes con mi viejo profesor de Mitch Albom.Un clásico en lecturas de "buen rollismo".Es una bonita historia, real.Lecciones de vida.

La extraña desaparición de Esme Lennox de Maggie O'Farrell.Tremenda historia sobre una mujer que ha pasado toda su vida en un psiquiátrico.De momento no me ha decepcionado ningún libro de ésta autora.

  La casa del mirador ciego es la primera parte de la trilogía de Tora escrita por Herbjørg Wassmo.Es su primera novela y fue Premio de la Crítica de Noruega.Es un drama que a mi me enganchó por que es frío y duro como el lugar donde se desarrolla.

Mata a tus ídolos de Toni García Ramon lo compré porque lo recomendaron en el programa de Buenafuente.Me ha resultado soso y pobre.Entiendo que éstas anécdotas sobre gente del cine puedan resultar interesantes en una cena pero no sé si es que no cuenta todo lo que sabe o es que las anécdotas no dan para más.Si a eso le añades el caos que parece el "modus operandi" del autor se vuelve en un prescindible en cuanto lo acabas.

La gran fortuna de Olivia Manning.El hecho de que esté basada en su propia experiencia te da una visión de la frivolidad y superficialidad que se vivia en Bucarest ante el avance de los nazis.Lo mejor, la descripción de los personajes, lo peor, que no te encariñas con ninguno.Y eso deja un regusto amargo.

Tres días y una vida de Pierre Lamaitre.Me lo recomendó una librera de Santander al no tener nada de lo que yo buscaba y me choca que alguien recomiende algo tan angustioso sin conocer al cliente.Es un librito corto que si te gusta Lamaitre o las historias dramáticas con tintes psicológicos te gustará.

A contraluz de Rachel Cusk.Yo buscaba Tránsito de la misma autora pero también la librera me dijo que empezara por éste al no tener el otro.Su estilo es muy personal y muy admirable la objetividad que intenta alcanzar, a medias entre el ensayo y el relato.Pero a mi no me entretuvo lo suficiente como para comprarme ahora el siguiente.A destacar sus dotes de observación de las personas con las que se cruza.

La analfabeta de Agota Kristof.Relatos brevísimos que te dan una idea de la magnitud capaz de la autora hungara de "Claus y Lucas".

Motivo de ruptura de Harlam Coben.Mi hermana en su enésima mudanza ha decidido deshacerse de casi doscientos libros, en su mayoría policíacos.Intenté que mi hija los vendiera por Wallapop antes que tirarlos al contenedor de papel, y en el interín me leo alguno porque así ahorro en libros hasta que la situación laboral vuelva a permitirme gastarme un dineral en libros.No soy capaz de recordar nada pero me entretuvo.

Música nocturna de John Connolly.Una serie de relatos muy distintos pero con un toque fantástico que también entretiene.

La habitación muda.Es el segundo tomo de la trilogía de Tora.Me ha gustado menos que la primera pero quizás es más coral, desde luego te haces una idea de lo lúgubre que era(o es) la vida en según que parajes.

Adiós en azul de John D.MacDonald.Un clásico de la novela negra, del detective Travis McGee.Creo que éste es el primero.Siguen pareciéndome todos muy predecibles.

El cielo desnudo es la tercera parte de la trilogía de Tora.Tomando ya tintes de culebrón se lee bien pero solo para saber el desenlace.Al acercarse en el tiempo y en el espacio a algo que ya reconozco para mi pierde interés porque la ambientación me atraía por desconocida.

Casa de verano con piscina de Herman Koch.Otra de suspense en la que el protagonista tampoco me resulta simpático pero si real.Entretenida sin más.

El silencio de la ciudad blanca de Eva García Sáenz de Urturri.Siguiendo la estela de mujeres que escriben novelas de detectives ambientadas en el norte ésta ya tiene hasta película.Si te gusta el género está bien resuelta.

Los dieciséis árboles del Somme de Glars Myttin.Ganadora del Premio de los libreros de Noruega.Muy bien traída la historia de fondo aunque al final corra demasiado en poco tiempo.A mi me enganchó.



lunes, 5 de octubre de 2020

PALABRAS

 No sé cómo se llama ese momento entre la vigilia y el sueño pero es entonces cuando me sé ingeniosa a la par que ocurrente.Pero es sentarme delante del portátil y ni acordarme de qué era tan entretenido.

Hace quince días me propuse escribir una entrada semanal y en vista de que no hay manera,  anoche decidí escribir lo que se me ocurrriera en ese momento tan concreto. 

Pues esto es lo que escribí: "momento entre el sueño y la vigilia + creativo, los laikus de los temas, el canto continuo/alterno de las chicharras/grillos".Y le puse de título:TEMAS BLOG.

Como comprenderéis, ni el más surrealista de los escritores que conozco podría hacer nada interesante con eso y como pasan los días y no se me ocurre nada y yo soy una mujer de palabra voy a escribir sobre ellas, las palabras, pero nada profundo que con la muerte de Quino están las redes saturadas de palabras que le adjudican a Mafalda, la cual, junto con Grouxo Marx, han pasado a ser nuestros filósofos de cabecera(y la mitad de las veces ni siquiera son suyas las citas).

PALILLO es la primera palabra a la que recuerdo darle vueltas, y con el tiempo la he asociado a la infancia.

DESDRAMATIZAR hizo de Sepúlveda mi autor favorito "for ever", los demás suben o bajan en el "ranking", él jamás.

INCONDICIONAL es la palabra que va asociada a MAMÁ.(Mi única incondicional sería la definición completa).Y lloro al escribirla, leerla, pensarla.

Palabras que no seré capaz de usar jamás son:SINERGIA, POGROMO y ASERTIVIDAD.Me repelen hasta límites insospechados, si en un discurso alguien las usa, para mi, pierde toda la credibilidad.Igual
me pasa si alguien me nombra cuando solo me está hablando a mi.
 
La palabra que diferencia a los unos de los otros:EMPATÍA.
 
Y hasta aquí por hoy, decidme alguna palabra que os diga algo especial.
 
P.S:La primera palabra que dijo mi churumbel(hija de madre soltera):PAPÁ.
Y así rebatió mi teoría de que los bebés la usaban porque estaban con sus mamás todo el día, y éstas, que son mucho más generosas que los papás cuyo ego siempre tiende a dominarles , se la repetían para que fuera lo primero que dijeran.



 

martes, 22 de septiembre de 2020

DE VUELTA

 Voy a intentarlo.

Volver a escribir de algo que no sea sobre libros o publicar solo fotos.(Ya tengo Instagram así que la faceta exhibicionista ya está cubierta).

Google no ayuda porque me ha vuelto a cambiar el formato de "blogger" por enésima vez.

He pasado una mala racha, y mientras no desaparezca la pandemia no me atrevo a lanzar campanas al vuelo(que me las imagino cayéndome en la cabeza para rematar).Una racha que empezó con la muerte de mi madre(otro día escribiré sobre la duración del duelo) y ha acabado con la menopausia en pandemia(que también da para otra entrada para solaz de Viveiro).En el interín he contraído una enfermedad crónica de pulmón(esto daría para otra entrada ya que los tuberculosos han generado mucha literatura) y he tenido que cambiar de coche porque el mío ya no podía circular (las ayudas del gobierno y los coches "eco"dan para otra entrada).

Pero a pesar de no trabajar desde hace un par de meses(durante el confinamiento ya estuve otros tres sin trabajar)ahora empiezo a ver la luz al final del túnel, sin dinero para pagar la letra del coche pero con risas.

Y aquí va el "quid" de la cuestión: las hormonas(porque otra explicación no tiene) me provocan risa floja en los momentos más insospechados pero especialmente cuando tengo que echarle una bronca a mi preadolescente churumbel(y digo pre porque con 1,70 de altura y catorce añazos no ha hecho el cambio,creo que está esperando a que yo me estabilice para que no se sature la cas de hormonas )o cuando hago algo mal y los de mi alrededor se dan cuenta.Me da por reirme sin contención hasta llorar y lo único bueno es que es contagioso, entonces todos contentos.Pero es muy raro.

Así que ésta entrada es a modo de tanteo, para ver si hay alguien al otro lado y si tenéis curiosidad por alguna de las entradas a desarrollar hacedmelo saber y empezaré por ahí.

Espero que estéis todos bien (Tita no me contestas y te tengo en mente).