martes, 2 de octubre de 2018

IMPOTENCIA

Al ver al cocinero del colegio de mi hija con calvas redondas en la cabeza y saber que es por el esfuerzo que le supone dar de comer a mil quinientas personas con el mismo personal que hace diez años daba de comer a ochocientas.

Al ver a una mujer de ochenta años sentada en una silla de ruedas mirándome fijamente en la carnicería, sin ser capaz de devolverme la sonrisa, porque sencillamente la han aparcado encarándola hacia mi en vez de a la dependienta o al escaparate.

Al ver como una niña que antes saludaba a mi hija ahora sale del colegio con la vista baja porque no ha sabido gestionar bien los celos con una nueva alumna y sus compañeros de toda la vida no han tomado partido por ella en aras de un sentido de la justicia cruel por infantil aunque quizás merecido.

Al ver que un compañero que gana 175.000 euros al año y al cual pagaron una operación a corazón abierto en Monte Sinaí, se niega a jubilarse con sesenta y cinco años y dejar paso a alguien más joven si no le dan una indemnización porque él cree que lo vale.

Al ver a tanto personal a mi alrededor sufrir dolor continuo a causa de los efectos secundarios de la menopausia, de la esclerosis, de las metástasis.

Al ver la falta de voluntad de algun@s para comer sano y la intolerancia de otr@s porque no todo el mundo come tan sano como ellos.

Al ver como por la mañana la gente mata por meterse el primero en la rotonda a costa de saltarse señalizaciones, buenos modos y paz vecinal.

En fin, un día triste, supongo, pese a que luce el sol.


8 comentarios:

  1. Si nos fijamos es difícil tener un buen día, si tienes empatia claro, porque yo no tengo de eso.

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  2. Lo curioso es que al vivir en una sociedad tan infantilizada, acostumbrada a vender felicidad en Facebook e Instagram, cualquier peregrinación por las miserias ajenas para algo exagerado y contraproducente. Y es cierto es que deprime bastante mirar de cerca esas realidades, pero tampoco podemos vivir en un mundo naif y happy, cuando la propia lógica interna del capitalismo promueve que las diferencias sociales cada vez sean más brutales y que para que uno cobre esos 175.000 al año, tres mil tienen que vivir con ochocientos euros al mes.
    Y cosas muchas peores que se ven. Yo casi todos los días veo gente mayor removiendo basura por los contenedores. Pero claro, mi barrio es un gueto, aquí ya hemos perdido los modales, estamos demasiado cansados para simular un halo de pobreza edificante xD
    Besos.

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  3. Grandes reflexiones. diariodemivida8.blogspot.com

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  4. Me ha gustado mucho tu post. y cuanta razón hay en él.
    La vida está llena de injusticias....
    Lo peor, creo yo, es que nos vamos acostumbrando a ellas porque sino no podríamos vivir.
    Espero que mejore tu semana
    Un beso

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  5. Lo único bueno de esto es pensar que en algunos casos, pocos, algo podemos hacer para mejorar esas situaciones. Pero es verdad que en la mayoría, solo podemos resignarnos e intentar sufrir lo menos posible.

    Besotes!!!

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  6. Papa Cangrejo:¿no tienes empatía?

    Rorschachs Kovacs:Esteeee...no sé qué nos quieres decir, si te parecen tonterías las cosas que me producen impotencia o que el mundo es una mierda en general.

    Susana A:A ver si puedo ir a visitarte porque últimamente blogger me tiene en ascuas.

    Zhura:Es verdad que va a días, unos todo te resbala y otros te quita el sueño una nimiedad pero así es la vida y nuestra madera de supervivientes se mide según las capacidades de sobrellevar todo eso.Otro beso para ti.

    Maribel:Es verdad que con la edad ganamos en resignación pero no sé hasta qué punto eso es bueno.Muacs.

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  7. Jodo, 175.000 euros, qué locura... Estoy en shock. ¡Jodo!

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  8. Quiero decir que el mundo es una mierda, que es fácil darse cuenta de ello si te fijas un poquito. Las cosas que te crean impotencia son muy respetables, de eso no me he quejado. Pero para mí, en lo personal, esto ya lleva tanto tiempo en marcha, tanto en lo político, social y económico, que me pongo más decadente que de costumbre porque para mí es resaltar una obviedad.
    Un abrazo.

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