NOVIEMBRE

Este ha sido un noviembre muuuuuuy cansino pero las lecturas de éste mes me han reconciliado conmigo misma.

Como he tenido que redecorar mi vida (ahora tengo las cosas repartidas en tres casas), tenía que sacar para muebles de otras partidas y una de las que me quité fueron los cien euros mensuales que me gasto en libros, así que tras veinte años sin coger un libro de la biblioteca para mi, allí que me fui.

Le han cambiado el nombre, ahora se llama Joan Margarit(me parece tan curioso que el poeta sea conocido allende éstas lindes), por lo que cogí sin dudarlo su "Joana":es una poesía muy fácil, hay una edición en las dos lenguas(catalán/castellano) escritas ambas por él.A mi éste librito me llega porque pese a que su hija minusvalida, muerta con treinta años, era cinco años menor que yo, coincidí con ella en el estudio de danza al que fui hasta que consideré que ya no podía aprender más(dichosa adolescencia).Es un libro de un padre que ha perdido a un ser especial y lo transmite tal cual.Tierno.

Otro librito pequeño y tierno es:"Tranvía en SP" de Unai Elorriaga.Fue premio nacional de narrativa en 2002.Está escrito desde las cabezas de unos personajes que rozan la senilidad y la locura(entendiendo como locura una diferencia de sensibilidades hacia la norma).Quizás peque de pasar de puntillas sobre lo deprimente de la situación, pero así consigue un libro muy bonito.

"Las partículas elementales" de Michael Houellebecq.No había leido nada de éste autor y lo encuentro ideal para pseudosociólogos.Es obvio que hay mucho de autobiográfico en él, que tuvo una infancia carente de cariño, que no es ni será políticamente correcto y que padece cierta obsesión con el sexo(aunque a lo mejor es solo su personaje...tendré que leer algún otro libro) pero a mi me ha gustado.
Algo que me chocó porque nunca antes había visto escrito:a las mujeres de más de cuarenta y cinco años se les empiezan a descolgar los labios vaginales, vale, yo sabía el chiste del pavo pero constatar el hecho en sí, ha rozado el trauma.

Y, para contrarestar tanto librito pequeño, me compré(sí, ya sé que no iba a comprar pero tener un viaje en A.V.E. de tres horas por delante sin nada que leer me producía algo que rozaba a la ansiedad) el libro más gordo de la estación."Yo confieso" de Jaume Cabré.Sï, ya se que sus "Voces del Panamo" no me habían convencido, pero de vez en cuando, y solo muy de vez en cuando, doy una segunda oportunidad.Y ésta ha valido la pena.Sigue entremezclando historias presentes y pasadas sin mediar un punto y aparte pero el punto de intriga sigue manteniéndolo hasta el final y ha desaparecido ese irreal trato de las relaciones de sexo y dominio que a mi no me acabaron de "fer el pes" en la novela anterior.Recomendable para los que les gusten los libros de a kilo con música clásica de fondo.