MANDUCA

Desde Budapest y con un frío del carajo solo se me ocurre frivolizar.

Ya he contado que en mi equipo solo somos dos mujeres y rara vez coincidimos en los viajes.Así que en caso de que se nos complique la misión o estemos en medio de la nada yo me tengo que encargar de la intendencia.Suena machista pero ellos son los que se van a por leña cuando fuera hay menos cinco grados celsius, y los que me suben la maleta de treinta kilos cuando hay que pasarla por la máquina detectora de metales, así que una cosa por la otra.Además yo soy muy primitiva y con hambre no respondo de mi, así que mejor me ocupo yo y así no falta la manduca.

Por supuesto, no siempre da tiempo a prepararlo ni hay medios pero desde que se inventó el envase al vacío ni me molesto en pensar, salvo que estemos en tierras norteamericanas donde siguen teniendo cierta aprensión judía al cerdo.Porque, a ver(y aquí necesito que alguien me de una respuesta antropológica)¿conoceis a algún hombre que no le guste el jamón ibérico?.

Sí, claro, ahora saldrá el clásico lector-excepción.Pero yo, no conozco ningún hombre que no sea capaz de sobrevivir solo a jamón, vale, con picos o pan mejor, pero si tiene que ser solo se lo comeran igual.

Conclusión:aborrezco el jamón serrano, el ibérico, el de bellota y el de Parma.No los como salvo extrema hambre(que en mi caso es cada cuatro horas).

Es algo que me parece cuando menos curioso.Yo jamás pediría un plato de jamón del bueno en un restaurante, te van a clavar sí o sí, y por trabajo lo comemos muuuuucho.
Doy fe de que he viajado a las Seychelles(donde por cierto yo echaba de menos la lechuga, sonará snob pero es real)con paquetes de jamón varios en la maleta.Que también me han llamado la atención en los E.E.U.U por intentar pasarlo por la aduana(hoy en día es multa y a la segunda te prohiben volver al país, por lo que ya no lo hago)y que en medio de la lánguida Escocia y harta de "porridge" y demás guarrerias agradecí un bocata de jamón.

Pero,¿ de verdad hay necesidad de pedir jamón serrano en Australia?¿de estar en un pueblecito pesquero de quinientas almas en una isla portuguesa y preguntar si no hay jamón por aquello de la condición íbera?¿es necesario que después de apañar una cena caliente en el culo del mundo a base de laterio surtido me pidan si no hay jamoncito del que ya hemos dado buena cuenta en el desayuno y en la comida?.

De esta disertación tiene también culpa el haberme encontrado con el último hombre de mi vida, lo asocio a jamón, porque el día que me di cuenta de que de verdad ya no le esperaba fue cuando decidí no comprar más jamón, que incluso tras meses sin verle siempre tenía en casa por si aparecía.
Y es que en una ocasión(al principio de la relación) pasamos tres días en el monasterio del Paular, entre navidad y fin de año, escondidos, y a las veintiocho horas de estar encerrados yo supliqué para salir porque si seguía alimentándome a base de jamón(y polvorones, delicadeza de la casa por ser fiestas) iba a empezar a gruñir cual cochina y es que también fue la excusa porque las piernas ya me flaqueaban.Pues recuerdo que bajamos y me abalancé sobre un plato de morcilla, que también es cerdo pero no es lo mismo.
Y sí, yo prefiero la morcilla, el chorizo, el salchichón o el jamón de York(en Cataluña el dulce), incluso el codillo, los zarajos o el bacon, es un hecho.

¡Hala!...despacharos a gusto, lo asumo.