jueves, 3 de marzo de 2022

DÍA DE SAN VALENTÍN

 No caigo en la cuenta que solo voy a estar libre en New York la tarde de la súper-bowl y el día de San Valentín.

Aquí no hubiera tenido mayor importancia pero para quedar con americanos de clase media, sin previo aviso, es harto arduo.La tarde del domingo todo el mundo ha quedado para el evento (de todos los cantantes del intermedio de éste año solo conozco a dos, mi hija al resto) y el lunes no hay mesas ni para comer ni cenar sin cita previa.
Así que paso la tarde del domingo en el hotel, los -8ºC del exterior no invitan a salir a pasear y el lunes con "jet lag" y sin desayuno en el hotel (el problema del servicio en EEUU desde la pandemia es digno 
de un estudio aparte)espero hasta mediodía a que la temperatura suba a -3ºC para salir  hacia el Soho con un huevo duro y una barrita de cereales en el cuerpo.
A las tres de la tarde después de no entrar en calor comiendo en Baltazhar (pijísimo pero con corrientes de aire, nos han dado la única mesa que tenían vacía porque nadie la reserva y ahora ya sabemos por qué) decido ir a un centro comercial al otro lado del río, allí no cobran tasas porque ya es New Jersey y son tiendas tipo "outlet", y así mi prima podrá venir a verme al salir del trabajo y antes de la cena de San Valentín(que insiste comparta con ella y su marido) ya que ella vive en ese estado, el de los Bruces (Springsteen y Willis) y a los cuales he tenido el gusto de tropezarme pero eso daría para otra entrada.

La manera más rápida y barata es ir en un "bus" que cuesta seis dólares y sale de la central de autobuses y llega directo al centro comercial pero ¡ay!, pierdo el último que salía a las cuatro y media y ahí empieza la Odisea.

LLamo a mi prima y no tiene ni idea de transportes públicos, el Uber me cuesta cincuenta dólares y me parece un exceso, así que pregunto en información otra combinación para llegar a Jersey Gardens Mall, me la dan por escrito y con ella camino quince minutos por el subterráneo de la central de autobuses hasta llegar a la puerta indicada.
Una vez allí, error número uno, no me fijo en la hora que me han dado por escrito pero si en el destino del autobús y con la hoja en la mano le pregunto si es el correcto al conductor, error número dos, me dice que es directo pero me hace un gesto con la cabeza de que pase y arranca.
Cuando voy a sentarme me doy cuenta de que no quepo porque hay personas que ocupan dos asientos con sus bolsas, su envergadura o su mala educación.Soy la única blanca, son todos negros menos el maleducado oriental que ocupa dos asientos porque su postura se lo permite.Veinte minutos más tarde me
da la sensación de que se ha pasado el desvío para coger la autopista al "mall", me empiezan a entrar los calores y alucino de que nadie se haya quitado el chaquetón, ni la bufanda ni el gorro.Yo me quito todo(el plumas ese finito que llevamos cuando la temperatura baja de cero y el abrigo, gorro y bufanda no uso).

Diez minutos más tarde y en plena "rush hour" me empiezo a marear y decido sentarme, me voy a la fila de los malotes y una señora tiene la ambilidad de ocupar un solo asiento para dejarme hueco.

Cuando el autobús llega al único destino  y se baja todo el mundo, me dirijo al conductor a pedirle explicaciones y me dice que yo solo le he preguntado si ese era el autobús, que me baje y coja, en el otro lado del mini edificio que es la terminal, un autobús de vuelta.Flipo en colores pero no puedo discutir con un negro de metro ochenta malencarado en un idioma que no es el mío.

Me bajo, la estación se llama Irvington y según entro sé que estoy totalmente fuera de lugar, de hecho hay una especie de mujer agente de seguridad que sin levantarse del tabuerete me pregunta si tengo algún problema; se lo cuento y me indica una garita donde hay un indio detrás de un cristal blindado que me venderá un billete si le pago en efectivo, o una bolsa de patatas sabor bacon, puedo escoger.Compro el billete y me siento a esperar con el bolso de mis medicinas agarrado porque en ello si me va la vida, estoy dispuesta a darle el teléfono o la cartera al primero que me lo pida pero mi inhalador eléctrico y los antibióticos no.

LLamo a mi prima, me dice que no me mueva que va a buscar a su marido y vienen a por mi, que no podía estar en peor barrio en mil millas a la redonda y que no me separe de la que parece de seguridad.
Le insinúo que ya tengo billete para volver y que ahora ya sé el autobús no exprés que debo coger y me repite que si no he entendido que está anocheciendo y eso es Irvington, New Jersey.(Es una exagerada, luego miré en internet y en esa población solo se comete un crimen cada cinco horas y diecinueve minutos, miden los crimenes como nosotros el covid , un 31 por cada 1000 hab y el asentamiento de la estación salía en rojo oscuro en todos los mapas de peligrosidad).

Me siento a esperarla, son unos asientos en círculo en medio de la mini terminaly hay entradas de la calle por los cuatro costados.Lo que allí observé en la media hora que tardaron en venir a por mi fue:
- un "dealer" vestido con toda la ropa que a mi hija hubiera hecho feliz (rollo rapero negro pero no muy "cani") que se bajó de su súper 4x 4 entró al baño después que su cliente y salió antes.
-Una madre o abuela con un niño de seis años al que le dió una bolsa con pollo frito mientras esperábamos.
-Cuatro desdentados alcohólicos que estaban allí para no pasar frío.
-Una yonqui desquiciada que salía, daba vueltas a la estación chillando sabediosqué y entraba lo justo para entrar en calor y así una vez tras otra hasta que desapareció.
-Una madre, o abuela, con un niño de tres años que se le escapó su globo de San Valentín y se quedó pegado al techo.Y ahí empezó la función de verdad, porque se movilizaron todos para recuperarlo.

Es indescriptible el circo de desharrapados subidos unos encima de otros, con un palo de fregona del baño
que hizo que yo me levantara porque si no, me daban o se me caían encima, todos hablando a la vez, uno de los desdentados intentando que la madre que había olvidado su teléfono le hiciera caso para devolvérselo, mientras el resto segía subiéndose por los asientos, a caballo uno de otro.Era para filmarlo pero no me atreví.

Y la de seguridad sin inmutarse, era tan surrealista que en un momento dado hasta intervine, les dije que llamaran a un señor muuuuy alto que estaba fuera esperando el autobús y eso hicieron y cuando éste entró y le expliqué lo que no era capaz de entender por boca de los alcohólicos me llamó mi prima, para que saliera porque ella no iba a bajar y su marido estaba apretando el acelerador para huir de allí en cuanto yo subiera.

A todo esto ya hacía rato que  tenía que haber hecho mis inhalaciones de antibiótico, así que me puse a ello sin dilación, sin apenas saludarles, solo atiné a disculparme por haberles hecho desplazarse a un lugar al que jamás hubieran ido por propia voluntad.

Para atinar con la jeringuilla tuve que encender la luz pero también es verdad que lo de inhalar de una pipa como si fuera "crack" en ese barrio no iba a llamar la atención.
Mi prima insistió en llevarme al centro comercial pese a que yo tenía suficiente con la experiencia vivida y para cuando llegamos yo acababa las inhalaciones y no me quedaban ganas de discutir.Total, solo había encontrado resreva para tres a las nueve de la noche y nos quedaban un par de horas.

Mi intención era comprarle algo a mi churumbel, que éste mes cumple dieciséis y cualquier cosa norteamericana le hace ilusión.Pues nos bajaron el cierre en las narices, una tienda tras otra, pero solo a las que queríamos ir, el resto permanecían abiertas.Son esas casualidades de cuando tienes un mal día.Que se juntan los astros para empeorarlo.
Y me he acordado hoy porque ayer tuve otro día de esos, que lo peor que puedes decir es .-¿Qué más puede pasar?...porque pasa.Y eso también daría para otra entrada.
 
 
 
 

 
 Y éste fue mi regalo de San Valentín, que mi prima es muy detallista y también me trajo una sudadera de la universidad donde yo pasé un verano allá en los ochenta que a mi hija le valdrá como regalo de los "states".
Y la noche dió para más pero ya me ha quedado muy larga la entrada así que otra vez será.
Besos y si hay alguien que celebrara semejante fecha...solo puedo decir que ...ni tan mal.


 

 

 

6 comentarios:

  1. La mundial!!! Me parece una celebración magnífica!!
    Gonzalo

    ResponderEliminar
  2. Ya decia mecano lo de no hay marcha en Nueva York
    Besos

    ResponderEliminar
  3. Pues a mi me parece una manera genial de pasar un día tan chorra (claro, teniendo en cuenta que no te pasó nada ;)).
    Pilar

    ResponderEliminar
  4. Qué aventura!

    Has abierto muchos frentes, cuenta rápido, plis!

    ResponderEliminar
  5. He regresado, no se si te acordarás de mi...hace tanto tiempo ya. Bicos

    ResponderEliminar
  6. Ya se ve que hay cosas que no cambian, aunque pasen años...

    ResponderEliminar